Las formas de vida contemporáneas han precipitado un fenómeno de incremento aparentemente ilimitado de producción de residuos urbanos. Actualmente en nuestro planeta producimos más de 1.300 millones de toneladas al año. ¿Cuál es el origen de nuestros residuos? ¿A dónde va esta basura? ¿Cómo nos afecta? ¿Tiene alguna utilidad? Se trata de un problema antiguo que, en los últimos tiempos, ha adquirido una nueva dimensión por el tipo y la cantidad de residuos generados. Las primeras preocupaciones de la ciudad por ordenar estos problemas dieron lugar al establecimiento de espacios o lugares específicos para la acumulación de los residuos urbanos: los vertederos. Los desechos hoy se generan más rápidamente que los medios disponibles para reciclarlos o tratarlos. Los vertederos de residuos urbanos son y seguirán siendo, a corto y medio plazo, soluciones válidas por ser un método de gestión relativamente barato, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
El objetivo es demostrar, a través de una nueva mirada, que la recuperación y la transformación de estos vertederos de residuos urbanos, una vez abandonados, es posible, y que además pueden dar lugar, por su proximidad, a nuevos espacios públicos estratégicos de la ciudad contemporánea. Son espacios de oportunidad, producto de una reactivación arquitectónica y paisajística realizada a partir de complejos procesos de ingeniería medioambiental.
En estos primeros compases del siglo XXI existe una “nueva” preocupación, un “nuevo” interés, en los paradigmas de lo ecológico y de la sostenibilidad, que dirigen su mirada hacia un concepto de paisaje abierto y diferente a modelos anteriores más estáticos, recuperando como punto de partida el ideal pintoresco. El landscape urbanism (urbanismo del paisaje) se consolida como una disciplina capaz de dar respuesta a lo natural y artificial simultáneamente, que sustituye a las herramientas tradicionales de la arquitectura para solucionar los problemas de la ciudad contemporánea ocupándose del plano del suelo, incorporando las infraestructuras de gran escala, como un vertedero de residuos urbanos, y los paisajes públicos que generan como el verdadero mecanismo de organización del urbanismo. El paisaje es hoy el marco operativo viable para la ciudad contemporánea. La re descripción del lugar pasa, ante todo, por proveer la invención de una topografía, como la que proporciona un vertedero de residuos, entendido como aquella infraestructura necesaria que da respuesta a las problemáticas medioambientales de las ciudades, pero que al mismo tiempo, visto como una oportunidad, intentará establecer una adecuada integración en el paisaje de la metrópoli.
Es curioso observar cómo diversas y variadas disciplinas se ocupan en la actualidad de los residuos y sus problemas desde muchos puntos de vista, aportando nuevas miradas y nuevos planteamientos, al tiempo que le otorgan al residuo un nuevo valor: la literatura, la filosofía, el periodismo, el cine, el arte o la biología, por citar algunas de ellas. Sin embargo, la arquitectura, salvo algunas brillantes excepciones, todavía no participa de pleno en el debate actual siendo, paradójicamente, una disciplina capaz de dar una respuesta física y concreta a este problema tan acuciante, verdadero símbolo de nuestra era. Los residuos no deben verse como un problema, sino como una oportunidad. Esta es nuestra nueva tarea.
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alexandra tuki vera dice
excelente oportunidad de recuperar y dar vida a un espacio convertido en vertedero.