Aprovechar la fachada o cubierta de los edificios para instalar sistemas de aprovechamiento de la energía solar es una práctica cada vez más habitual, la cual aportará tanto beneficios económicos, como energéticos y medioambientales. Además, la legislación obliga en algunos casos a colocarlas; según el CTE en las viviendas de nueva edificación es obligatorio colocar, al menos, placas solares que ayuden a calentar el agua caliente sanitaria. Así que, ya que es cada vez más indispensable, qué mejor que hacerlo de una forma eficaz y original.
El Pabellón Solar de Endesa es un edificio diseñado por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña que formó parte del congreso SmartCity Expo World en Barcelona. Este pabellón sirve como Centro de Control del congreso y precisamente promueve e impulsa los conceptos que defiende el congreso: innovación y sostenibilidad. Es un pabellón modular, ligero y desmontable fabricado en madera laminar. Un edificio muy interesante en muchos aspectos, como su método constructivo o su forma de gestionar la energía en función de la época del año, pero nosotros nos centraremos en su cubierta fotovoltaica. Gracias a ella consigue generar el 100% de la energía que consume. Lo más destacado es cómo adapta su forma para poder optimizar la energía solar. Así, sus dimensiones y la inclinación de sus cubiertas y fachadas varían según la orientación y la posición del sol. Además, esas viseras en las que se colocan las placas sirven para controlar la temperatura interior; ya que en verano dan sombra pero en invierno, cuando el sol está más bajo, permiten el paso de la luz. Es decir, la forma sigue a la eficiencia y a la energía.
Otra alternativa menos convencional y aún más eficiente son las esferas de vidrio. Es un método innovador y que todavía está en fase de investigación, el cual aprovecha la geometría de la esfera para concentrar la energía solar (e incluso lunar) y así focalizar toda la luz en una placa fotovoltaica menor. Gracias a su forma, no hace falta orientarlo hacia el sol, como las placas solares convencionales, sino que puede catalizar la luz desde cualquier dirección. Así, consigue un aprovechamiento del 35% de la energía, frente a 10-12% de los sistemas convencionales.
Otra de sus ventajas, es que se pueden poner esferas de cualquier escala, desde la enorme que vemos en la imagen anterior, hasta algunas mucho más pequeñas como las de la imagen siguiente, que se pueden integrar en la fachada. El resultado, además de eficiente, es realmente estético y puede servir como elemento de composición en las envolventes.
El siguiente es otro buen ejemplo de la integración de la energía solar en la arquitectura, en este caso en las rehabilitaciones o en las construcciones de ámbito rural. Pero, ¿y dónde están las placas? Ahí está la magia de este producto, que ha creado unas placas de pizarra que absorben el calor del sol y permiten con él calentar el agua caliente sanitaria. Su colocación es similar a las placas de pizarra habituales, pero entre los rastreles se introduce un tubo por el que circula el agua que va calentándose gracias al calor absorbido por la pizarra. Gracias a este producto se permite integrar las nuevas tecnologías en edificios antiguos, sin producir una contaminación visual.
Pero pese a haber todas estas posibilidades arquitectónicas en torno al aprovechamiento de la energía solar, algunos parecen empeñados en ponerle palos a la rueda. Recientemente en España se ha aprobado una ley por la cual se cobra un impuesto por aprovechar esta energía solar para el autoconsumo. Sin duda, una gran traba para poder seguir fomentando este tipo de arquitecturas eficientes, contra la que ya se han pronunciado numerosas organizaciones ecologistas.
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