El bambú como material representa una opción natural, sostenible y versátil para una gran cantidad de soluciones arquitectónicas, tanto con respecto al diseño como a la construcción. El bambú puede ser empleado en su forma material para obtener un sinfín de productos y usos. Y es por esta versatilidad por la que es empleado en numerosos aspectos del diseño y de la arquitectura. Entre las numerosas aplicaciones del bambú destacamos las más cercanas para el ejercicio profesional como son: andamios, estructuras, fachadas, particiones, carpinterías, mobiliario, papel, comida, combustible y finalmente, de sus cenizas para abono; y de esta forma volver a cerrar su ciclo natural hasta obtener nuevos brotes de bambú.
La versatilidad de esta planta está sustentada en unas características muy específicas que hacen del bambú un material único para la arquitectura; de las que se destaca que:
- Son las plantas con el crecimiento más rápido del mundo.
- Por su morfología, de estructura en fibras cilíndricas y núcleo generalmente hueco, adquiere una resistencia a compresión muy superior a la madera y una resistencia a tracción muy alta.
- Ha sido empleado en la construcción tradicional asiática por siglos adquiriendo un “saber hacer” muy extenso y consolidado en su uso.
Por estos motivos su uso y popularidad se ha extendido con gran rapidez desde Asia hasta cualquier país occidental. No obstante, en occidente, y principalmente por razones culturales, el bambú aún no se emplea con toda su versatilidad posible. Aunque, si se atiende a sus características medioambientales de tanto cultivo, uso, residuo y de nuevo cultivo (reciclaje) resulta un elemento óptimo con respecto: al ciclo de vida de los materiales, a la eficiencia energética y sobre todo a la minimización de residuos e impactos ambientales. Ya que, si se emplean procesos de cultivo, procesado y consumo responsables se pueden alcanzar soluciones arquitectónicas muy interesantes tanto desde el punto de vista del diseño como desde la responsabilidad y respeto medioambiental.
De esta forma, el bambú seleccionado para la edificación se divide en dos grandes grupos:
- Grupo 1 / El que es apto, pero que estéticamente no es el más adecuado, el cual se emplea para la construcción de andamiajes, estructuras auxiliares, encofrados, etc. Aunque el edificio sea una construcción en estructura de Hormigón Armado o Metálica.
- Grupo 2 / Aquel, que por sus terminaciones y calidad de resistencia es destinado propiamente al diseño, edificación y acabados.
El futuro de este tipo de edificaciones parece no tener fin. Ya que, con un uso más extendido de este material se pueden llegar a realizar construcciones de alto valor espacial y medioambiental; enriqueciendo los entornos urbanos tan necesitados de propuestas más sostenibles y ecológicas. Sobre todo atendiendo al ciclo de vida del propio material, ya que permite, una vez agotado su uso, su desmantelamiento y reuso. Como ejemplo de este desarrollo se pude consultar las propuestas concretas realizadas por el estudio de arquitectura Penda. El cuál presentó en la semana del diseño de Beijín (2015) una estructura edificatoria de alta densidad realizada enteramente en materiales bambú 100% reciclable y que representa uno de los ejemplos del futuro del bambú como material arquitectónico.
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