Hoy en día pasamos de largo de las estructuras de acero, ya que estamos muy acostumbrados a verlas en todos lados aunque éstas sean imprescindibles para la arquitectura de hoy en día.
Para comenzar a hablar de este tipo de estructuras tenemos que remontarnos al siglo XIX y encontrar su origen de fabricación. Gracias a la revolución industrial, los metales estructurales de gran formato comenzaron a producirse en masa de una manera más económica a la que se había estado fabricando hasta ahora.
Un ejemplo de obras de ingeniería civil creadas a raíz de estas nuevas estructuras, es el puente de Luis I en Oporto, Portugal. El hecho de que el acero trabaje muy bien a tracción hace que pueda salvar una luz de 385 metros. Este diseño fue ideado por el ingeniero alemán François Gustave Théophile Seyrig, que diseñó varias estructuras de puentes en Portugal durante el siglo XIX.
A lo largo de este periodo se ha ido experimentando con diferentes sistemas constructivos donde el acero estructural era el protagonista.
Uno de estos sistemas que engaña a la vista es el empleado en las Torres Kio, diseñadas por Philliph Johnson. El cálculo, así como el diseño estructural fue elaborado por la firma Leslie F. Robertson Associates. Las estructuras de los forjados, que dan la inclinación a la torre, descansan sobre un núcleo de hormigón armado que se corresponde con las comunicaciones verticales del edificio. Por otra parte los extremos de las torres son cogidas por unos tirantes que van hasta unas cimentaciones de hormigón armado de 17.500 m3.
Más adelante se fueron complicando los diseños de estas estructuras así como sus cálculos. Un ejemplo de ello es el resultado de la ingeniosa mente de Frank Gehry para diseñar el museo Guggenheim de Bilbao. En realidad el diseño de la estructura, ejecutada en acero, así como el del exterior del museo, confeccionado en titanio, está pensado para captar las luces reflejadas de la ría que atraviesa la ciudad.
La versatilidad de las estructuras metálicas ha permitido abstraer las ideas o los conceptos de los proyectos a través de métodos, ya sean analógicos o digitales. Este tipo de arquitectura permite crear diseños complejos y muy atractivos para el ciudadano de a pie. Ahí es donde entra la gran variedad de tipos de esfuerzos que es capaz de soportar la estructura metálica, ya sea por tirantes, perfiles laminados o cerchas.
Otro punto a tener en cuenta es la ejecución en obra; al ser un montaje en seco este tipo de estructura se puede montar rápidamente, lo que sí que requiere es una buena gestión de obra y replanteo constructivo previo, ya que en obra se cuenta con un gran número de elementos que deben ser montados en el orden indicado y de la forma correcta.
Para finalizar, cabe destacar que las estructuras metálicas, en determinados proyectos, pueden dar muy buen resultado trabajando conjuntamente con otros tipos de sistemas estructurales: el conocido hormigón armado, madera en rehabilitaciones, obras de ingeniería civil que requieran de grandes instalaciones urbanas etc.
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