Desde la Fundación Tomillo llevamos trabajando desde hace más de 30 años para facilitar la inserción socio-laboral de jóvenes en riesgo de exclusión. Sabemos que en un contexto como el que vive hoy España, donde el paro juvenil alcanza cifras muy preocupantes (cercanas al 50% en la Comunidad de Madrid), en el contexto de los barrios donde trabajamos estas cifras son dramáticas, rondando el 65% (Distrito de Usera). Solo dando un plus de especialización a los jóvenes con los que trabajamos les estaremos dando oportunidades reales para el empleo.
Algo que hemos aprendido estos años es que no es posible solucionar el problema del desempleo de jóvenes en riesgo de exclusión si observamos el problema de forma aislada. Es necesario mirarlo desde un enfoque sistémico, donde hay múltiples factores que inciden de forma determinante en el problema y que están más allá de la formación o capacitación profesional que desde la Fundación Tomillo podemos aportar. Muchos de los problemas que están más allá de nuestra capacidad, si los vemos de forma conectada se convierten en espacios de oportunidad.
Así, desde lo que sabemos hacer, nos acercamos al barrio, a la ciudad, y sus necesidades y problemas cómo un espacio de oportunidad para el empleo. Aquí nos encontramos con el mundo de la eficiencia energética cómo un reto social, que además de ser un compromiso internacional que cómo sociedad teníamos que cumplir, aparecía la pobreza energética cómo un factor importante que está afectando seriamente a buena parte de la población de los barrios donde estamos. Así empezamos a pensar cómo nuestros estudiantes del área de electricidad podían formarse en eficiencia energética, y vimos las viviendas, y la eficiencia energética de vivienda como un fantástico campus donde aprender.
Aprendimos que con intervenciones de microeficiencia energética, sumados a la sensibilización en cambios de hábitos de los ciudadanos/as se pueden lograr de un 20% a un 30% de ahorro en la factura anual. Vimos cómo actuando sobre el edificio, trabajando sobre la envolvente se lograban ahorros muy superiores, pero había dificultad para poder intervenir, por los costes, muy elevados en determinados contextos sociales, y que requerían acuerdos vecinales que no es fácil de lograr. Trabajamos mirando a la vivienda y no al edificio en su conjunto, y dentro de la vivienda trabajar con las personas y no solo con la tecnología. Trabajemos con las personas.
Los jóvenes de Formación Profesional Básica de electricidad y administración de Tomillo, chicos y chicas de entre 14 y 16 años que vienen del fracaso escolar, están interviniendo en 147 viviendas de Usera. Al trabajar a nivel de vivienda nos permitió identificar con precisión qué familias estaban más afectadas por la pobreza energética y trabajar prioritariamente con ellas. Aprenden en el aula y continúan aprendiendo mientras mejoran problemas del barrio y de la ciudad. Así, mientras los jóvenes se forman y mejoran su empleabiliad, mejoramos la eficiencia energética, mejoramos la pobreza energética y mejoramos la responsabilidad ciudadana.
Medidas de ahorro en las viviendas
- Revisión del cuadro eléctrico de la vivienda. Posibilidad de bajar la potencia contratada, acogerse al bono social…
- Instalación de perlizadores en grifos, reductores de caudal en duchas y bolsas para cisterna
- Instalación de grifería termostática en las duchas
- Instalación sistema de doble pulsación para cisterna WC
- Instalación de burletes, aislantes y sellados de rendijas para limitar las pérdidas de calor en ventanas
- Instalación de paneles reflectantes para limitar las pérdidas de calor
- Instalación de válvulas termostáticas en radiadores
- Instalación de cronotermostatos en los sistemas de climatización
- Instalación de regletas con interruptor, eliminación de consumos stand by
- Sustitución de lámparas incandescentes convencionales por lámparas LED
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