En busca del reconocimiento profesional
La historia de la arquitectura que hemos recibido bajo una perspectiva androcentrista olvida incluir constantemente figuras femeninas cuya contribución ha sido de especial relevancia en este campo. Esto abre un debate sobre la necesidad de llevar a cabo una revisión crítica, tanto de la práctica que se ha ejercido hasta ahora, como de la definición de reconocimiento profesional que se ha empleado en la profesión.
Los arquitectos y proyectos que gozan de mayor visibilidad dentro de la arquitectura pertenecen al denominado Star System [1] que, en palabras de Carlos Prezzi:
Premia y distingue al patriarcado, a la arquitectura mediática
Esto se debe, por un lado, a que la arquitectura ha sido ejercida tradicionalmente por hombres, y por otro, a que las respuestas arquitectónicas más aclamadas responden al consumo propio de nuestro tiempo. Es decir, incluso existiendo diferentes ámbitos de desarrollo profesional y valorándose más un perfil multidisciplinar, los rasgos que la sociedad y los propios arquitectos y arquitectas reconocen mayoritariamente como éxito profesional, quedan relegados a cabezas de estudio de arquitectura de renombre donde las mujeres aún tienen un difícil acceso.
En la práctica de la arquitectura, el máximo reconocimiento profesional se refleja en la concesión de premios. Entre los más valorados del panorama internacional, tan sólo encontramos a dos mujeres que hayan sido galardonadas a título individual: Zaha Hadid, con el Premio Mies Van der Rohe (2003), el Premio Pritzker (2004) y la Medalla de Oro del RIBA (2016); y Julia Morgan, con la Medalla de Oro del AIA concedida en 2014 a título póstumo. En España, la única distinguida sería Matilde Ucelay en 2004 con el Premio Nacional de Arquitectura. Ni la medalla de Oro de la CSCAE ni el Premio Nacional de Urbanismo han premiado a arquitectas.
¿No hay arquitectas con talento cuyo desarrollo profesional merezca reconocimiento?
El problema es que estos galardones enfocados exclusivamente a la práctica tradicional participan de los estándares elitistas perpetuando la falta de representación femenina.
Si no, echemos un vistazo a algunas revistas significativas del panorama arquitectónico que tienen un gran alcance como medios de difusión: El Croquis Monográficos (14 publicaciones), Arquitectura Viva Proyectos (90 publicaciones) y Arquitectura Viva Monográficos (210 publicaciones). Estas revistas han dedicado sólo uno de sus números a una arquitecta: Zaha Hadid, Anna Heringer y Lina Bo Bardi respectivamente.
Podemos localizar otros estudios de arquitectura dirigidos por una figura femenina que podrían participar de este tipo de reconocimiento tan mediático, tales como Jeanne Gang, Alison Brooks, Tatiana Bilbao, Benedetta Tagliabue, Carme Pinós o Izaskun Chinchilla. Sin embargo, para ello tendremos que recurrir a otro tipo de fuentes. Incluso encontramos plataformas, blogs y premios enfocados exclusivamente en la visibilización de arquitectas en los distintos ámbitos de la profesión que intentan tomar medidas en este asunto, como decía Ethel Mary Charles:
No es un caso de hombres versus mujeres, es un caso de capacidad y aptitud individual
Ethel Mary Charles[2]
Por tanto, si tomamos conciencia de que la historia de la arquitectura no ha sido objetiva respecto a las aportaciones de las arquitectas y que, además, el reconocimiento profesional sigue asociado a esa práctica elitista y tradicional sin dar más espacio a otros ámbitos de desarrollo, podemos llevar a cabo acciones que fomenten el equilibrio en la profesión y que sean justas con el talento y la labor profesional de las arquitectas.
[1] HERNÁNDEZ PEZZI, Carlos. “Arquitecturas y mujeres en busca de nombres: las arquitectas contra la doble ocultación”. Arenal: Revista de historia de mujeres, Volumen 21 pp. 69-95. Consultado en línea [08/06/2018]
[2] Royal Institute of British Architectes (RIBA). “Celebrate an architecture pioneer – Ethel Mary Charles” 21/06/2018. Consultado en línea [15/09/2018]
¿Ya has acabado de leerte el artículo? 🙂 Si te ha gustado siempre puedes dejar un ❤️ y si te sigue picando el gusanillo te regalamos otra dosis de arquitectura.
Deja una respuesta