Mies van der Rohe, como uno de los arquitectos utilitaristas de principios del siglo XX, fue uno de los percusores de la idea de la honestidad en la arquitectura. Mies asociaba la necesidad de mostrar en el exterior el propósito interior de edificación; defendiendo que para obtener la mejor arquitectura posible era necesario aunar forma y función.
Sin embargo, ¿es posible pensar en una construcción útil para tantas actividades como puedas imaginar?
Esto es hoy posible gracias a la arquitectura efímera, la cual construye espacios tan diversos como el dinamismo que alberga su interior. No obstante, a este estilo se le ha llegado a definir como arquitectura sin identidad[2].
De esta forma, Rem Koolhas en su libro “Junkspace” se refiere a estos espacios como los “no-lugares”. Los cuales, explica, aparentan ser un espacio, un juego de luces y sombras, o un residuo del espacio moderno que actúan como presagio de lo que terminará ocurriendo en otras partes.
Los motivos por la que estos espacios han proliferado no atiende a una motivación específica; simplemente, y como subrayan entre otros autores, Rem Koolhas, han surgido como parte del proceso y fenómeno de la Globalización.
No obstante, este tipo de arquitectura ha encontrado su hueco dentro de algunos movimientos sociales. Parafraseando la lírica de Mecano “que un descampado, un descampado es”, se puede derivar en transformaciones del espacio mediante usos polivalentes. Permitiendo y adecuando la realidad espacial en dotaciones demandadas por la ciudadanía. Un ejemplo de este tipo de arquitectura es promovido por el grupo Todo por la Praxis (TXP). Entre los numerosos ejemplos de este tipo de arquitectura se destaca la propuesta de un improvisado cine de verano en el barrio madrileño de Usera.
De esta forma, mediante el uso polivalente del espacio surgió la iniciativa del cine de verano autogestionado por los propios vecinos para mejorar un espacio residual sin ningún uso aparente mas que el de ser.
Siguiendo con las propuesta de TXP, y al igual que como ocurrió en Usera, en la Plaza de la Cebada del madrileño barrio de La Latina surgió un espacio polivalente en base a una iniciativa ciudadana similar.
Por consiguiente, una arquitectura polivalente sí puede representar una multi-identidad, como se refleja, entre otros ejemplos, el Recinto Ferial de Ifema en Madrid. El cuál alberga múltiples actividades y usos en su interior, como son exposiciones, competiciones motociclistas, etc. Esto es debido a que el proyecto inicial, independientemente de su piel exterior, permite su transformación promoviendo cambios de usos, y generando desde el interior una identidad efímera que permite sus usos múltiples y dinámicos.
Es importante contemplar esta versatilidad de usos debido a la evolución de tanto la construcción como de la forma de usos y de experimentación de la arquitectura. Esta evolución de la versatilidad del espacio se ha redirigido también, a edificaciones e instalaciones cuyos usos han quedado obsoletos. Siguiendo con el ejemplo de la ciudad de Madrid, se destacan dos claros ejemplos de versatilidad y redefinición de usos como son las antiguas instalaciones del Matadero y de la Estación de las Delicias de Madrid.
En el caso del Matadero, las naves han mantenido su aspecto y arquitectura exterior. Por el contrario, su interior ha sido redefinido para albergar un uso polivalente. El cuál se ha transformado en un polo de referencia para tanto la vida cultural como el ocio madrileño.
Otro ejemplo de esta transformación polivalente de uso múltiple es el de la Estación de Delicias. El cuál en la actualidad alberga tanto el Museo del Ferrocarril, como el Mercado de Motores.
Éstos son solo pequeños ejemplos del potencial que ofrece esta polivalencia del espacio interior. Ya que no solo proporcionan una nueva identidad; sino, que reescriben el lenguaje del uso por el que fueron concebidos. Proporcionando una nueva vida a una arquitectura ya obsoleta o a un edificio que perdió su identidad.
[1] El movimiento utilitarista nace en la Escuela de Chicago. Junto con otros movimientos ésta corriente esta englobada dentro de los precedentes del Movimiento Moderno.
[2] La arquitectura sin identidad es considerada aquella que se realiza sin un estilo propio, definido y sobre todo adecuado a su entorno. Dando como resultados edificaciones que sin tener en cuenta su entorno pueden ser re-situadas en cualquier localización. La arquitectura sin identidad está muy ligada a los procesos de la Globalización y es muy criticada por numerosos arquitectos.
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L. Bonilla dice
Hola que tal!
disculpen, contaran con informacion de arquitectos o teoricos que aborden el tema de la arquitectura polivalente?
estoy trabajando en una tesis y me gustaria conocer mas informacion respecto a este tema, de antemano gracias